Hoy conocí a alguien. Su nombre es Mayra y vive aquí, en el puerto. Hablamos de todo. De ella y de mí. De las cosas que hacemos y de las cosas que nos gustan. De amor y desamor. De Donatello y Gigi, su chihuahua y su yorkie. De mi enfermedad, de mi adicción y de mil cosas más. De verdad fue una plática linda y muy entretenida para ser la primera vez que nos encontrábamos. Tal vez les ha pasado eso de conocer a alguien y sentir que le conoces de toda la vida. Algo así me pasó esta vez.
En el transcurso de la plática me atreví a enseñarle algunas de las cosas que he escrito en este blog y a cambio ella me dejó leer algunas de las cosas que escribe en su libreta, a mano. Dicen que mostrarle a una persona lo que has escrito es más íntimo que desnudarse frente a ella. Lo creo. Al final, ya muy tarde en la noche, me envió este hermoso mensaje:
De verdad me llenó de emoción, porque yo me sentía así, pero no podría haberlo expresado mejor que ella.
Muchas gracias por esto, Mayra S. Acevedo!
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