Regresó Laura. Me encantó verla de nuevo. Es increíble lo
que me hace sentir. Algo que no entiendo. Me comporto como una niña y no lo puedo evitar. Siempre que hablo con
ella es más bien un monólogo y al mismo tiempo un martirio por tratar de conseguir temas de conversación que le puedan parecer interesantes.
Está más delgada y ahora usa pupilentes color verde que no le van. Creo que lo que me gustaba de ella era su naturalidad. Se
acordó de mi y me lanzó un beso cuando me descubrió mirándola. Yo no la reconocí al principio. Se hizo
algo en el cabello y tiene tatuajes nuevos. No parece la misma persona. Es
diferente. Bueno, su manera de tratarme es la misma de siempre: Indiferente.
Quedó de llamarme para salir.
Quizá iremos a comer, pero dudo que cumpla su promesa. No tiene ningún
interés en mí. Pero al menos me hizo sentir bien saber que se acuerda de mí y conseguí olvidarme por un momento de cosas que
me tienen tan triste. Estuvo un mes y medio fuera, y no esperaba encontrármela ahí. Cuando llegué al lugar tuve intenciones de preguntar por ella, pero decidí
no hacerlo, había preguntado tantas veces.
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