miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las llaves

Voy caminando al departamento después del gimnasio. Justo al llegar al edificio me encuentro a uno de los vecinos. Tiene cara de angustia. Sus llaves calleron a la alcantarilla y no logra sacarlas. Estoy cansadísima pero me ofrezco a ayudarle.

Él levanta la pesada tapa metálica y yo ilumino el fondo de la alcantarilla con la linterna de mi teléfono. Las llaves están en el fondo, junto a la basura y el lodo. Huele horrible. El espacio es reducido pero creo que si me inclino lo suficiente podré alcanzarlas. No lo consigo.

El vecino dice que si me sostiene por las piernas mientras meto la cabeza a la alcantarilla con los brazos por delante podré alcanzarlas. La gente se empieza a acercar para ver qué pasa. Otro señor se ofrece a ayudar y entre los dos, el vecino y él, me sostienen por las piernas.

Suspendida en el aire me bajan dentro de la alcantarilla. En una mano llevo la linterna y con la otra alcanzo el llavero. La blusa se ma ha ido hasta el cuello, pero tengo un top de ejercicio que me cubre los senos. Cuando me suben el culo me queda en la cara del vecino y mi cara en la entrepierna del desconocido. Tengo que maniobrar para poder quedar en pie otra vez. El vecino me agradece infinitamente. Me despido porque la gente empieza a aplaudir y me siento muy apenada.

Dos días después me encuentro nuevamente al vecino. Me cuenta ese día llevaba más de una hora sin poder entrar a su casa y que nadie le había ofrecido ayuda. A todos sus amigos les ha platicado lo que hice para recuperar sus llaves. Me pregunta si puede tomarme una foto con su teléfono porque nadie le cree que una chica linda se metió al drenaje por sus llaves.

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