martes, 6 de agosto de 2013

El sufrimiento

Sufres porque tienes algo que no quieres o porque no tienes algo que quieres. Tener y no tener se sufren igual. Sufres toda la vida. Siempre deseando algo, sin sentirte nunca completamente feliz o satisfecho. Me falta dinero, pareja, trabajo, amor, hijos, paz, venganza, bajar de peso, un automóvil, un nuevo vestido, etc. Personas, eventos o cosas externas nos arruinan la vida. No damos valor a lo que realmente impacta la esencia que somos. El sufirmiento está en nuestra propia mente y procesamos el sufrimiento como dolor cuando realmente no nos duele nada. Él me hace infeliz. Ella no me aprecia. El patrón es injusto conmigo. El maestro me odia. A nadie le gusto. Sin dinero no puedo salir. No le importo a mis padres.
Sufrimos porque así nos enseñaron que debe ser la vida. Nuestros padres se la pasan quejándose porque la forma en que vivimos: Somos rebeldes, fumamos, tomamos, cogemos. Nos gusta la música, el baile, la mota y la cama. Se olvidan que ellos nos educaron.
De persona a persona cambia la manera de sufrir. Algunos nos guardamos el sufrimiento porque no queremos parecer débiles. Sufrimos en silencio. Intentamos lidiar con ese "dolor" y rascamos la herida hasta encontrarle el huesito. Otros no pierden oportunidad para hablar de sus tragedias a quien los quiera escuchar. Una y otra vez los escucharás hablar del día en que descubrió que su pareja le era infiel. Otros evaden el sufrimiento pensando que así lo pueden evitar. Si no le doy importancia no pasará nada. ¿Qué es más fácil luchar o huir? Pero no importa que tan lejos quieran huir, sus problemas siempre les acompañarán. Las personas que desean dejar de sufrir tienen que encontrar la manera de enfrentarse a su sufrimiento.
Los que nacemos beta siempre seremos betas, pero eso no quiere decir que no podamos hacer dieta y ejercicio si tenemos sobre peso; o mandar al diablo a las personas que nos hacen daño; o estudiar/trabajar más para conseguir la calificación o el dinero que necesitamos.
Debemos meternos en la cabeza que no necesitamos la aprobación de nadie para ser felices, ni el último vestido de moda, ni una cuenta de banco abultada. Solo necesitamos paz mental, estar bien con nuestro entorno y con nosotros mismos. Alejarse de los problemas. Sonreír honestamente y hablar siempre con la verdad.


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